
Pinturas Montana ingresa al mercado boliviano con la apertura de su primera tienda en Santa Cruz. La empresa incorpora una nueva experiencia en ventas a través de asesoría personalizada sobre el arte de dar color a la vivienda para competir y diferenciarse de la competencia.
Montana es una creación del Grupo Corimón, una empresa establecida en 1949 que se dedica a la fabricación y distribución de una amplia gama de productos industriales. El Grupo Tuma, que tiene experiencia en la venta de artículos de construcción, es quien lo lleva a Bolivia.
El miércoles se inauguró una nueva tienda en la capital cruceña, desde donde el producto se distribuirá al eje principal del país y luego a otras áreas. Carlos Gill Ramírez, quien es el presidente de la junta directiva del Grupo Corimón, asistió al acto.
El gerente general del Grupo Tuma, Fernando Tuma Villanueva, quien se encarga de la comercialización de Montana en el país, dijo que a diferencia de sus competidores, no solo ofrecen pinturas, sino que también brindan asesoría especializada a los clientes para brindarles un servicio integral.
Expansión. Según Carlos Gill Márquez, presidente de la Corporación Industrial Montana para la Latinoamérica, el producto proviene de Paraguay, donde se fabrica en una planta moderna. Pensamos tener al menos cinco tiendas mayoristas en el país hasta el final del año, donde se distribuirá a los minoristas para copar diferentes segmentos.
Montana ya controla al menos el 5% del mercado en ese país, según Gill Márquez. La calidad y el servicio de preventa y posventa que brindamos han permitido un crecimiento impresionante. El empresario indicó que la intención es imitar ese éxito en Bolivia. Según él, su mejor carta de presentación es que la firma utiliza tecnología de punta para obtener el color que el cliente desea.
Según Tuma, Montana llega a Bolivia con dos líneas de negocio: la industrial y la arquitectónica. En la primera, tienen cerca de 35 productos para uso en construcción, decoración, remodelación y otras áreas similares. En la categoría industrial, tienen 12 productos diferentes, como pinturas para carreteras, piscinas, coliseos cerrados, canchas deportivas, tuberías de gasoductos y otros.
A diferencia de la competencia, dijo, ofreceremos asesoramiento. Tuma dijo: "Con Montana queremos reconectarnos con la gente porque las personas habían dejado de preocuparse por el color de su vivienda dejando esa decisión, que es importante, al pintor".
Según el representante legal de Tuma, todos los encargados de la comercialización de pintura han recibido capacitación para brindar asesoramiento. Refirió la importancia de conocer, por ejemplo, la llamada psicología del color a fin de satisfacer las necesidades del cliente, quien además se llevará un producto de alta tecnología.
Asimismo, manifestó, “periódicamente se dictarán cursos gratuitos a comerciantes (minoristas), pintores y amas de casa interesados en conocer detalles sobre esta materia para enseñarles la forma de dar color a las paredes de sus inmuebles o industrias, a la conclusión recibirán un certificado”.
El mercado en Bolivia está en constante movimiento, según Carlos Gill.
Montana llegó a Bolivia con una experiencia de más de 75 años en diferentes países del mundo con la intención de establecer una planta industrial moderna para la producción de pinturas a largo plazo.
Carlos Gill Ramírez, quien es presidente de la junta directiva de la Corporación Industrial Montana, afirmó que el mercado boliviano es «sólido y efervescente» y ha mantenido su expansión a pesar de la crisis internacional debido a la disminución de los precios del petróleo. “Estos son indicadores importantes para las inversiones”, afirmó Gill, quien destacó los últimos indicadores del crecimiento inmobiliario.
Explicó que Montana es una cadena internacional con al menos 250 tiendas bajo el modelo de franquicia en todo el mundo.
El empresario declaró que les llevó dos años indagar el mercado boliviano para introducir Montana.
“La marca tiene 75 años de vigencia, nació en Venezuela y hoy tenemos plantas de producción en Venezuela, República Dominicana y Paraguay, lo que nos permitió dibujar Latinoamérica y Centroamérica”. La demanda de Colombia, Brasil y Guayana es atendida en las fábricas de Venezuela, mientras que desde República Dominicana se exporta a Costa Rica, Panamá e Islas del Caribe, y desde Paraguay, Argentina y Bolivia.