
Con compromiso ambiental, solidaridad social, eficiencia económica e industrias digitales, además de una inversión de $us 250 millones hasta 2022, Corimon impulsa en Bolivia un modelo de desarrollo que se puede implementar en cualquier país.
“Nuestro modelo es un modelo dentro de cualquier modelo”, aseguró Carlos Gill Ramírez, presidente de la junta directiva de la Corporación Industrial Montana (Corimon), que opera también en otros siete países, posee ocho representaciones comerciales, 10 industrias, 15 unidades de negocios y más de 18.000 empleados
Esteban Szekely, presidente ejecutivo de Corimon, detalló que en el grupo se aplican “tres conceptos básicos” que aseguran el éxito de los proyectos. El primero es el compromiso con el medio ambiente, que implica cero pasivos ambientales. El segundo, la solidaridad social, que propone la distribución de la riqueza al interior del consorcio a través de salarios dignos y la continua formación profesional de calidad de los trabajadores y ejecutivos.
“Tenemos en las plantas equipos de última tecnología y es importantísima la formación de la gente”, sostuvo Szekely.
El tercer elemento es la eficiencia económica, que implica inversiones en maquinaria y sistemas de alta tecnología que aseguran la calidad de los productos en toda la cadena de fabricación.
Este esquema de trabajo se complementa con la recopilación masiva de datos en las propias máquinas, lo que luego se traduce en un menor consumo de combustible, mayores volúmenes de producción y mayor tiempo de vida útil de los componentes, entre otros procesos más eficientes.
Planes. “El futuro hacia el cual estamos dirigidos es el IIOT, el internet industrial de las cosas. Eso lo estamos aplicando en todas nuestras industrias”, sostuvo el presidente Ejecutivo de Corimon.
“En esto somos realmente pioneros en Venezuela y en Latinoamérica, y en el mundo hay pocas empresas” que tienen esta estrategia, agregó el empresario.
“El grupo siempre ha sido pionero en la implementación de nuevas tecnologías (…). Ahora, también estamos liderando la digitalización industrial”, afirmó por su parte Carlos Gill Márquez, directivo de la corporación.
Bajo este marco, el conglomerado empresarial anunció una inversión de aproximadamente $us 250 millones en el país hasta 2022, en especial en el desarrollo de la red nacional ferroviaria. “En los próximos cuatro años, Dios mediante, vamos a invertir en Bolivia cerca de $us 250 millones, pero en beneficio de Bolivia vamos a invertir mucho más en otros países”, adelantó el presidente del directorio.
La llegada de este nuevo capital engrosará los $us 320 millones que ya invirtió el grupo empresarial en territorio boliviano, 300 millones de los cuales se destinaron a la expansión de la logística, detalló.
Con 30 años de experiencia, el accionista mayoritario y presidente de la junta directiva de Corimon impulsa proyectos en los sectores financiero, industrial, logístico, automotriz, asegurador, hotelero, comercial, comunicacional y de la construcción y la salud, lo que convierte al conglomerado en uno de los mayores grupos de inversión de América Latina.
En el rubro industrial, el grupo inversor posee las empresas Corimon Pinturas; Cerdex, de fabricación y comercialización de herramientas para el pintor; Resimon, de resinas sintéticas y otros derivados químicos; Vencerámica, de soluciones sanitarias; y Montana Gráfica, de empaques flexibles.
Operaciones. En logística opera las ferroviarias Andina y Oriental, de Bolivia; Continental Sociedad Administradora de Puertos y Ferrovía Transamericana.En representaciones comerciales es socia de las compañías Doppelmayr y Sherwin Williams.
En comercio y franquicias trabaja con Mitsubishi, Wendy’s, Hertz, Hotel Resort y Spa Laguna Mar, Firestone y Tiendas Montana. En medios con el diario El Nacional y la revista ¡Hola!, de Venezuela; los periódicos Extra y La Razón, de Bolivia, y AlNavío, un diario digital internacional con sede en Madrid (España).
Y en construcción interviene con Cotienne, OCMTrading, Sinergia+ y CGNSA.
FOSA cruza las fronteras de Brasil y Argentina
Wálter Vásquez
Ferroviaria Oriental SA (FOSA) acelera sus proyectos de internacionalización con miras al desarrollo del Corredor Ferroviario Bioceánico de Integración.El año pasado, la empresa se adjudicó la operación de la malla ferroviaria oeste de Brasil, que se extiende desde Corumbá hasta casi el puerto de Santos.
“Con esto completamos nuestro sueño de hacer el bioceánico”, destacó Carlos Gill Ramírez, presidente del directorio de Corimon.
En Argentina, la compañía boliviana construye en el puerto de Rosario una terminal que con 27 hectáreas y una inversión próxima a los $us 100 millones le garantizará a Bolivia un espacio para que su carga llegue a ultramar. “Estamos a unos $us 75 millones de lo que se necesita invertir para lograr ese objetivo”, informó Ignacio Bedoya, secretario del directorio de FOSA.
Pero ese no es el único proyecto de la ferroviaria nacional en el vecino país. También opera ya la primera estación del ferrocarril Belgrano Cargas y Logística y la estación de Pocitos en la frontera con Bolivia. “Con todo esto, seríamos los mayores operadores logísticos ferroviarios de Sudamérica”, dijo Gill Ramírez.
Transporte. Este trabajo fue acompañado con la instalación de maestranzas y alianzas con empresas que le permiten a FOSA construir ferrobuses y vagones en los que se transporta minerales, cemento, urea y alimentos, entre otros.
Además, “de aquí a poco vamos a estar exportando vagones bolivianos”, aseguró Carlos Gill Márquez, directivo de Corimon.
FOSA tiene hoy 1.244 km de línea férrea y transporta 2,2 millones de toneladas con 35 locomotoras y 1.500 vagones operativos —350 de los cuales son de fabricación propia— e invirtió $us 250 millones. “Para hacer esto se necesitan estos 10 años que pasaron”, dijo Gill Ramírez. “Planificamos a 20 años (…) y hemos cumplido el 85% de lo planificado”, agregó.