“La renovación de la empresa ha significado adoptar una visión gerencial más moderna, estableciendo objetivos ambiciosos de inversión y crecimiento. Para alcanzar estos objetivos, se ha diseñado una hoja de ruta de diversificación y consolidación de servicios”, dijo Carlos Gill Ramírez, presidente del Directorio.
Ferroviaria Andina ha transformado su capacidad y eficiencia, consolidándose como un socio estratégico para el país y en particular para el empresario exportador boliviano. La empresa ha centrado sus esfuerzos en ofrecer soluciones logísticas integrales y, este año, busca consolidarse también con proyectos estratégicos estatales como ECEBOL, YLB (producción de litio y derivados), EMAPA, la Planta de Amoniaco y Urea Marcelo Quiroga Santa Cruz (PAU) y proyectos de transporte minero de largo plazo con importantes clientes.
“La renovación de la empresa ha significado adoptar una visión gerencial más moderna, estableciendo objetivos ambiciosos de inversión y crecimiento. Para alcanzar estos objetivos, se ha diseñado una hoja de ruta de diversificación y consolidación de servicios”, dijo Carlos Gill Ramírez, presidente del Directorio.
La diversificación de sus servicios ha implicado significativas inversiones en la mejora de la red de vías, estaciones y la adquisición de locomotoras de última generación. Además, se ha realizado una fuerte apuesta por la tecnología y la capacitación del talento humano, elementos indispensables para la empresa.
El ferrocarril siempre ha sido fundamental para el desarrollo y la economía de Bolivia, y en el último tiempo, la empresa ha entrado en una nueva era de modernización y diversificación de servicios. «Invertir en Ferroviaria Andina ha mejorado las oportunidades de integración y comercio, no solo dentro de Bolivia, sino también con países vecinos y otras regiones del mundo, proporcionando un transporte mucho más competitivo y seguro», agregó Carlos Gill.
La empresa tieneuna capacidad de transporte de carga de 1,5 millones de toneladas por año, mediante 11 estaciones principales en Oruro, Potosí, Uyuni, Río Mulato, Tupiza, Villazón, Avaroa, entre otras.
Un hito significativo en la historia de la ferroviaria fue la inversión en 2019 en la compra de locomotoras SALI, equipadas con alta tecnología de montaña. Esta adquisición marcó un avance sin precedentes hacia la modernidad, facilitando la unificación ferroviaria del territorio boliviano y mejorando las oportunidades de integración y comercio.
«Estamos muy orgullosos de esta adquisición, porque la empresa compró locomotoras después de 40 años. Esto nos ha permitido pasar de modestos ferrocarriles a convertirnos en el principal operador logístico integral de gran escala del sector en el corazón de Sudamérica», concluyó Carlos Gill.